Hazañas no siempre heroicas – Capítulo 1 parte 1

Llevamos 4 sesiones ya de una partida de Zweihander dirigidas por mi amigo Kike y como ya hemos cogido rutina creo que ha llegado el momento de empezar a resumir cada sesión de juego, aunque en esta ocasión resumiré 4 sesiones de juego dado que he permitido que se me acumulen todas.

Mi personaje en esta campaña es un mediano mendigo llamado Gioventino, Luzma interpreta a una elfa acróbata llamada Elrina, tuvimos un jugador invitado en la primera sesión que interpretó a un escudero pero no volverá a jugar con nosotros.

Felipe se unirá a nosotros a partir de la siguiente aventura con un enano alguacil llamado Aradum Garkh, aunque tiene un pequeño cameo en la historia de esta aventura.

Y ahora sí paso a relatar, en primera personas las aventuras de este grupo. Si preferís descargarlo para leerlo más tarde podéis hacerlo desde la página de descargas del blog.

La Ilustración que representa a Gioventino pertenece al devianart de Vetrova https://www.deviantart.com/vetrova/art/Beggar-655619513

Buenas querida audiencia, me llamo Gioventino y estoy encantado de que hayáis decidido pasar a escuchar las aventuras, y desventuras, que tuvimos mis amigos y yo a lo largo del tiempo que fuimos aventureros. Siéntate, que te sirvan una cerveza, y escucha.

Pero debes saber que esta no va a ser la típica historia heroica llena de gente valiente que se sacrifica para salvar al inocente y recuperar a la princesa, aunque tal vez haya algo de eso… o no.

Capítulo 1 Elegidos de la Dama Blanca (parte 1)

Mi amiga elfa Elrina y yo nos conocimos en unas circunstancias no demasiado amables aunque por suerte a la larga fueron propicias. Ella era una acróbata que se dedicaba a con sus cabriolas recaudar limosna de la gente de la ciudad.

Yo, como persona que se ganaba viviendo de migajas pude aprovecharme de la situación para pedir en su nombre y cortar algunas bolsas sin que ella se diera cuenta. Fue bastante provechoso y comencé a seguirla en sus cambios de zonas hasta que al final Elrina me pilló.

Pero lejos de cortarme una mano o similar, admiró mi habilidad para el subterfugio yo la suya para moverse y decidimos colaborar. Donde ella actuaba yo me dedicaba a a cortar bolsas y nos fue bien durante bastante tiempo salvo en el último pueblo donde estuvimos del que, digamos, salimos con prisas.

Íbamos camino a un nuevo asentamiento cuando por delante nuestra vimos a un humano que debía creerse un caballero o algo así por la mirada de desprecio que nos echó y como apretó el paso.

Ja, me río yo de la gente que hoy en día se cree que es algo mejor que los demás. Desde el cataclismo eso ya no tiene sentido y, es verdad, que nuestras pintas no son las mejores pero las de él tampoco distaban mucho más de las nuestras.

****

Llegamos al pueblo ya anocheciendo y nos dirigimos al edificio más grande que vimos y donde parecía que entraban varios habitantes.

El tipo que viajaba por delante de nosotros hizo lo mismo. Como las mesas estaban ocupadas nos pusimos en la barra y un ogro bastante simpático pero que no hablaba demasiado bien nos sirvió de comer y beber muy amablemente.

No me gustó que me sirvió un vaso ridículo de cerveza acorde a mi tamaño en lugar de una jarra como a mi compañera. En la siguiente ronda por suerte lo corrigió.

Mientras cenábamos se no acercó una señora llamada Bilarb que, por como iríamos descubriendo, era la líder del pueblo. Nos dijo que su Diosa, la Dama Blanca, le había dado una profecía sobre la llegada de unos héroes que salvarían a su pueblo de unos monstruos que lo acechaban.

El tipejo humano que ni su nombre nos dijo se ofreció rápidamente a ayudar pero Elrina y yo exigimos una recompensa por nuestros esfuerzos. Bilarb nos enseñó un valioso collar de plata y prometió que sería nuestro, por supuesto con esas condiciones aceptamos.

El «caballero» tuvo unas palabras en privado con Bilarb, seguro que conspirando contra nosotros para no darnos el collar o algo así. Estaba claro que tendríamos que rajarle el cuello a la vuelta de la misión.

Tras una ronda más nos retiramos a las habitaciones que el ogro Urgi nos dio gratis, junto a la comida y la bebida, ya que íbamos a salvar el pueblo aunque por lo visto les pasaría la factura a la gente del pueblo… A mí me daba igual mientras no fuera yo el que pagara.

Durante la noche escuchamos un fuerte ruido en la cercana plaza del pueblo y salimos corriendo a ver que pasaba porque podía ser una de las extrañas criaturas que nos dijeron durante la cena.

Y así fue, era una extraña bestia con tentáculos que atacó salvajemente pero que el «valiente caballero» y Elrina despacharon fácilmente… yo pasé de acercarme a esa cosa porque ellos dos lo tenían todo controlado.

Vimos que no había víctimas mortales y nos retiramos a dormir. Tanto Elrina como yo dormimos plácidamente, no nos imaginábamos la plácida sorpresa que encontraríamos a la mañana siguiente.

****

Al despertar y encontrarnos en el pasillo de las habitaciones vimos que la puerta de la habitación de nuestro «compañero» había sido destrozada y que en su habitación había rastros de lucha.

Elrina descubrió que se lo habían llevado por la ventana, probablemente una criatura como a la que derrotamos… o quizás la misma que la dimos por muerta dada su peculiar fisiología y, en verdad, no lo estaba… eso es algo que nunca sabremos.

Desayunamos tranquilamente y decidimos investigar un poco por el pueblo tras volver a hablar con Urgi que afirmaba que Bilarb y Zeneron, su marido, ocultaban algo.

Elrina se quedó con lo poco aprovechable del desaparecido caballero, que como ya suponía era poco porque era un muerto de hambre como nosotros pero que se creía importante.

Por el pueblo conocimos a un antiguo soldado Spect que me dio una armadura de tamaño mediano que había pertenecido a un compañero del ejército… que por su comportamiento fue mucho más que eso pero no entraré yo a juzgar los gustos de cada uno.

También conocimos a Metzi, el que podríamos decir que era la típica persona «especial» que tiene cada pueblo. Parecía saber más sobre lo que estaba pasando de lo que conseguimos sonsacarle pero Zeneron apareció justo a tiempo para meterle miedo y hacer que no pudiéramos sacarle más información.

Nos quedamos con la mosca detrás de la oreja con ese cabrón de Zeneron así que nos dispusimos a realizar un asalto a su casa y sacarle por medios poco civilizados toda la información que pudiéramos.

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Pero quiso el destino que aparecieran Bilarb con un enano recién llegado al pueblo, Aradum Garkh, y nos lo presentara para que nos acompañara en nuestra misión.

Esto puso en alerta a Zeneron e hizo que tuviéramos que cambiar nuestros planes porque Aradum parecía alguien respetable con quien era mejor no mesterse… así que sin más partimos hacia el bosque.

Allí logramos detectar a una habitante del pueblo que nos estaba vigilando aunque al principio la historia que nos contó fue que era centinela para evitar que las criaturas se acercaran por sorpresa al pueblo.

Nos contaba que hacían turnos para vigilar y tal pero no nos terminaba de cuadrar porque parecía muy poquita cosa y era extraño que la hubieran mandado a vigilar.

Al final pusimos a la «vigilante» contra las cuerda y trató de acuchillar a Elrina que con un movimiento rapidísimo casi instintivo cercenó la mano de la joven que comenzó a farfullar cosas sobre que éramos la siguiente llave, todo muy extraño, lo cual nos hizo pensar en que lo que íbamos a encontrar más adelante no iba a ser nada bueno y que podía ser una trampa.

En este punto nos separamos de Aradum que fue a explorar hacia el otro lado del bosque para llegar desde atrás mientras nosotros dos nos dirigíamos directamente al punto que la joven nos había indicado pues en teoría solo debían esperarnos a nosotros dos.

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Nos acercamos al templo con cautela aunque no lográbamos ver u oír nada sospechosos la chica nos había dejado claro que dentro iba a tener lugar alguna clase de ritual relacionado con nosotros.

Nos colamos por una ventana y oímos extraños ruidos que no llegamos a investigar, aunque seguramente fuera la criatura que acechaba al pueblo.

Al final llegamos a la sala central del templo donde tuvimos un duro enfrentamiento con tres sectarios que nos pusieron contra la cuerdas, debido a que el combate nos pilló desprevenidos, aunque los derrotamos Elrina quedó muy maltrecha a nivel de heridas físicas y yo a base de estrés.

De allí hubiéramos salido por patas pero vimos a alguien intentando una invocación y como nos lanzamos a por él, yo dándole fuego de cobertura mientras Elrina cargaba contra él.

Trató de conjurar alguna clase de encantamiento pero fracasó miserablemente y ya no le dimos más oportunidad, un preciso golpe de estoque por parte de Elrina al pecho del mago y un disparo mío directo al ojo acabaron con la vida del hechicero pero no con su invocación.

La cosa es que yo hubiera pensado que ese brujo fuera Zeneron pero no, no le habíamos visto entre la gente del pueblo.

El templo profanado de la Dama Blanca comenzó a derrumbarse y mientras huíamos sin haber podido evitar que el conjuro siguiera adelante aunque su conjurador hubiera muerto. A la entrada del templo nos encontramos a Bilarb y por lo que parece verdadera creyente de la Dama Blanca.

Nos dijo que ella se sacrificaría para cerrar el portal y que nosotros debíamos encargarnos de su marido puesto que sabía sobre todo lo que realmente estaba pasando mucho más de lo que ella pensaba.

Nunca he tenido tantas ganas de cumplir con una petición… y espero que nuestra recompensa nos esté esperando en su casa.

Continuará…

McAllus Escrito por:

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